Sin saber que hacer, rondo siempre la idea de (como siempre) quedarme callado y no decirte nada, a pesar de que, así sea de lejos, te miraba, y otras tantas, solía acercarme a ti, así sea sin conversar.
Recapitulando, hoy tome todo el valor que alguien enamorado debe reunir para entregarte la carta, y así lo hice, te esperé hasta la salida, conversamos antes y te pregunté si podía hacerlo, así que decidido, me quedé, era hoy, tenía que ser hoy. Te acercaste, cansada luego de un día agotador y caminamos juntos; al despedirnos, te entregué lo que traje de mi último viaje, dijimos adiós y en ese instante, con toda mi fuerza del corazón, volví hacia ti, y de mi bolsillo, saqué la carta cuidadosamente doblada, y te la dí, respiré profundo y ví tu cara de sorprendida con un toque de miedo, y nos alejamos.
No sé que pueda o vaya a pasar, pero solo se que por primera vez en mi vida me dije a mi mismo, atreveré a dar ese primer paso, sea cuál fuera la respuesta, sea positiva o no, no pierdas la oportunidad de decir (así sea con una carta) lo que sientes.