Hoy salí temprano del trabajo, tome un taxi con el dueño de la empresa y el chofer nos contó algo que le paso hace unos años atrás, no sé qué tanto tiempo haya sido, pero allí les vas, es algo como para valorar nuestra propia vida.
Eran alrededor de las 5 de la mañana, cuando decidimos irnos de una fiesta de verano en Chimbote, yo iba al volante, junto a mi estaba una amiga que conocí de la universidad, detrás, mi tío y otra amiga. En ese tiempo, no era obligatorio el uso del ahora ya famoso cinturón de seguridad, iba por la panamericana norte a 100 o 120 km/h, algo tomado luego de la fiesta. Tras de nosotros iba un Tepsa, de esos antiguos, de color plomo que eran puro metal, tanta era la velocidad a la que íbamos ambos carros, que este me chocó en la esquina trasera, un leve tope, que tuvo graves resultados, fui a dar varias vueltas de campana, casi como dos cuadras me cuentan, mi auto, choco contra una pared, y tal era el impacto que este reboto y se metió dentro de una fábrica
Concéntrate en ti y lo que te rodea